El miedo es una emoción protectora. Para transformarlo hay que identificar y cambiar nuestros patrones de pensamiento antes que nos conduzcan al pánico.
Ser sociables con responsabilidad.
Aunque por naturaleza somos seres sociables, en estos momentos es mejor evitar las conglomeración de personas y los eventos. Aprovechemos esta medida temporal para disfrutar del encuentro con nuestra familia y con nosotros mismos.
Entendiendo las prioridades del servicio de Salud.
Diferencia entre las certezas y la incertidumbre para no saturar los servicios médicos si no tienes síntomas o no estás expuesto a factores de riesgo.
Limitando la consulta de noticias.
La información sobre el virus parece interminable; gráficos y textos inundan las redes sociales, lo que puede afectar nuestra salud mental, más a quienes ya padecen afecciones como ansiedad, depresión y trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
Aislándote con propósito.
En casa es importante trabajar, pero respeta el tiempo de almuerzo, las pausas saludables y otras actividades que te produzcan bienestar.
Mantén tus rutinas.
Para evitar ansiedad por pasar más tiempo en tu casa, conserva las rutinas que tienes cuando sales a trabajar; arréglate como de costumbre, organiza tu puesto y agenda actividades.
Es normal sentir miedo. Asusta pensar en que todo pueda salirse de control, pero ello nos impulsa a desarrollar las capacidades necesarias para tolerar y trabajar en la incertidumbre.
¿Cómo apoyo a una persona que esté mentalmente afectada?
- Aclárale que deseas ayudar y escuchar sin juzgar.
- Manténganse en contacto y hablen para que, juntos, se expresen.
- Ayúdale a buscar ayuda profesional si lo desea.
- Si crees que está en peligro inmediato, no la dejes sola
- Consulta servicios de emergencia, una línea telefónica de crisis o un profesional de la salud.